Opinión

La Banda Sinfónica de la Universidad de Antioquia encarna una noción de patrimonio cultural que, en constante mutación y revisando la mirada arqueológica que tendía a asociar patrimonio con cultura material, alcanza una amplitud conceptual impensable hace unos años.  ¿Cuántos aspectos inmateriales del pasado pasan desapercibidos por falta de un soporte material directo? Al disponer de carga semántica, los objetos almacenan un significado cultural y las ideas que comunican son patrimonio.

El trabajo de muchos docentes, investigadores, estudiantes, artistas, con su apuesta por universidad, entendiéndola y forjándola para y por el país, conforma una vivencia que el tiempo reconoce y sitúa en la coordenada histórica precisa. Es así, como este patrimonio integra el archivo de partituras y también sus músicos.

¿Qué significa una banda sinfónica? ¿para qué sirve? y, ¿por qué resulta tan importante para la construcción como sociedad?, son preguntas fundamentales que cruzan nuestra experiencia personal y académica.

El concepto de banda remite a la costumbre que procede de las fiestas populares y a una formación más estructurada que lleva a una producción académica convirtiéndose en un modelo que reconocemos como banda sinfónica, agrupación de gran formato con instrumentos de viento, que raramente incluye cuerdas, y destinado a hacer música al aire libre.

El siglo XX, especialmente, aportó maderas, metales y percusiones. Fuertemente arraigada en la sociedad, adquiere dimensión patrimonial al convertirse en una práctica sonora propia del territorio. De ahí, la importancia de la Banda Departamental que, partiendo del siglo XIX, se convirtió en la Banda Sinfónica de la Universidad de Antioquia, describiendo un recorrido histórico a partir del cual se legitima como una estructura más allá de lo musical, siendo paradigma de la consolidación de las estructuras de bandas de músicas municipales, pues el Plan Departamental de Bandas de Antioquia, planteado en 1978 por el maestro Luis Uribe Bueno^[1], se orientó hacia la consolidación de estas formaciones, tomándola como modelo.

Así, pues, las políticas públicas en este respecto, están trazadas por la historia de nuestra Banda Sinfónica, depositaria de un acervo patrimonial tan importante como su archivo de partituras, uno de los más grandes del país y referente de interpretación de conciertos que requiere catalogación, sistematización y análisis. 

El Plan de Acción de la Facultad de Artes: Creación para las transformaciones del ser, de la sociedad y de los territorios, realizado en medio de la pandemia, fijó la atención en la protección de sus patrimonios proponiéndose impulsarlos en la vigencia 2021-2024, prestando atención al repositorio que opera desde el centro de documentación, a las colecciones del Grupo de Investigación Músicas Regionales que a lo largo del 2022 celebra sus 30 años de existencia festejando en una de sus primeras acciones con un recital-conferencia sobre el ciclo de sonatas para violín y piano de Guillermo Uribe Holguín^[2];  atendiendo el archivo de danza de Corpóreo Móvil que, aunque no catalogado, sigue estructurándose, o el archivo fotográfico, producto de la unidad de comunicaciones.

Si bien todos estos patrimonios tienen que seguir su ruta, el énfasis está puesto en la Banda Sinfónica, que goza de especial atención por parte de la Facultad de Artes que la custodia y logró que volviera a sonar. La Covid-19 escamoteó el contacto entre músicos y público obligando a que las propuestas artísticas en tiempos de confinamiento enfrentaran unas prácticas musicales por medios digitales tratando de llevar el arte de una manera ininterrumpida.

La Facultad de Artes quiere lograr una primera apuesta de inventario y catalogación del archivo de partituras para articularlo al Sistema de Bibliotecas de la UdeA y hacerlo visible al mundo; al preservarlo, le garantizará estabilidad y seguridad minimizando riesgos de pérdida y deterioro. Y, como bien hace desear la trayectoria en investigación, aspira a materializar su digitalización, tarea necesaria, aunque costosa.

Por ello, la reactivación de la Banda Sinfónica resulta significativa. Es un patrimonio que actualmente se construye a través de procesos de formación académica con estudiantes de música que tienen una pasantía de tres semestres que les permite consolidar su etapa de preparación como intérpretes en grandes formaciones, luego de hacerlo con grupos de cámara y como solistas.

Viniendo de modelos de banda sinfónica anclada en la tradición del siglo XIX, pero atenta a los cambios de la sociedad, velando por la tradición dentro de una relación más flexible con los nuevos contextos, vive un hecho integrador entre generaciones de músicos profesionales adultos que entran en contacto con estudiantes de 19 a 23 años que asimilan la tradición entendiendo la importancia de la labor que asumen frente a sí mismos, la Universidad y los públicos con los que se ha reencontrado los domingos en el Centro Comercial Unicentro manteniendo viva una valiosa tradición iniciada hace unos 20 años operando bajo el modelo de retreta, a la espera de retornar a la del Parque de Bolívar.

Tras largos meses de silencio obligado por la pandemia, se ha presentado para la Fundación EPM, en su casa natural y sitio de ensayos en el Parque de los Deseos. Luego, en los tradicionales conciertos de los jueves 4 pm. en los bajos del bloque administrativo. Celebramos pues, que la Banda Sinfónica de la Universidad de Antioquia haya retomado su tarea y el contacto con los auditorios para el enriquecimiento de las prácticas musicales en nuestra Universidad y, en especial en la ciudad. 

Notas:

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