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Opinión

Un remedio peor que la enfermedad: aumentar el umbral para frenar el «boom» de las microempresas electorales

22/03/2023
Por: Fredy Alexander Chaverra Colorado. Politólogo UdeA. Investigador de la Unidad Especial de Paz.

«El aumento del umbral supondría un terremoto en el sistema de partidos y su coletazo repercutirá mucho más allá del «boom» de microempresas electorales. Porque afectaría especialmente a los partidos cristianos —Movimiento Político Mira y Colombia Justa-Libres— y virtualmente sacaría del juego la posibilidad de que los ciudadanos se organicen para presentar listas por firmas al Senado».

La más reciente versión del proyecto de reforma política trae consigo una novedad que le podría poner un tatequieto definitivo al reciente «boom» de microempresas electorales: la elevación del 3 % al 5 % en el porcentaje del umbral. Con este artículo —inexistente en las anteriores versiones del proyecto de reforma—, se anticipa la inminente extinción de los partidos unipersonales o resucitados. Sería un particular corolario para la inusitada feria de personerías jurídicas que, en menos de cuatro años y principalmente sustentada en decisiones de las Altas Cortes, duplicó la cantidad de partidos y movimientos políticos. Pero, ¿el remedio no podría resultar peor que la enfermedad? 

Creería que sí y procedo a explicarlo por partes. 

¿Qué es el umbral electoral?

El umbral es una barrera artificial que se introdujo al sistema político con la reforma política de 2003. Su principal finalidad consiste en servir de garantía para depurar el sistema de partidos tras cada elección legislativa y así permitir que solo aquellos partidos que tengan una auténtica representatividad electoral obtengan o conserven la personería jurídica. Inicialmente se fijó en el 2 % de la votación válida al Senado y su debut en las elecciones legislativas de 2006 suscitó un auténtico terremoto político; al punto, que obligó a partidos de todo el espectro ideológico a diseñar estrategias de reagrupamiento en la conformación de amplias plataformas partidistas.

Para esas elecciones el umbral se fijó en cerca de 200.000 votos —la participación fue del 41.20 % del censo electoral— y solo fue superado por diez listas. Así, pasamos de tener un sistema de partidos extremadamente fragmentado (para 2002 con 73 partidos era considerado como el más atomizado del mundo) a uno más moderado y organizado.  

La introducción del umbral fue la causa raíz para la conformación del Polo Democrático Alternativo como resultado de la agrupación estratégica de múltiples expresiones de la izquierda histórica. En esa elección el Polo se coronó como la quinta lista más votada al obtener 875.451 votos. 

¿Cuáles son las ventajas y desventajas del umbral? 

Como se vio tras el reacomodamiento del sistema con las elecciones de 2006, la principal ventaja del umbral se encuentra en su capacidad de regular y organizar periódicamente el sistema de partidos, ya que evita la propagación de micropartidos con poca representatividad o arraigo territorial. Algo que resulta ventajoso para precisar los niveles de gobernabilidad; reducir la personalización; exigir la implementación de mecanismos de rendición de cuentas, así como de una mayor responsabilidad política de los partidos con sus electores. 

Sin embargo, la principal desventaja del umbral se encuentra en que puede paralizar el juego al interior del sistema de partidos entre los partidos grandes y medianos. Me explico. Ni el partido Liberal o Conservador consideran el umbral como una preocupación, es claro que en cada elección cuentan con el capital electoral suficiente para superarlo, pero los partidos pequeños y minoritarios, que sí o sí se deben medir en franca lid en una elección nacional para conservar la personería jurídica, cada cuatro años tienen la presión de condicionar su existencia a la obtención de una votación mínima. 

Ciertamente resulta contradictorio que la principal ventaja del umbral también encierra su mayor desventaja; sin embargo, considero que esto es el resultado de la incapacidad que hemos tenido de avanzar hacia un sistema de adquisición progresiva de derechos que contemple la creación de partidos políticos de carácter regional o de afiliados, pues para este tipo de expresiones políticas, por lo general de anclaje local o sectorial, siempre resultará desventajoso medirse con partidos experimentados en una elección nacional. Es el equivalente a poner a nadar peces pequeños con grandes tiburones. 

Entonces, ¿puede el aumento del porcentaje del umbral frenar el reciente «boom» de microempresas electorales? 

Si la reforma política es aprobada con el aumento del 3 % al 5 % en el umbral y considerando el natural crecimiento de la participación, creería que, de cara a las elecciones legislativas de 2026, los partidos y movimientos políticos deberían alcanzar como mínimo 850.000 votos para obtener o conservar la personería jurídica. Una votación mínima que de facto sacaría del juego a prácticamente todas las microempresas electorales y a los partidos resucitados (Movimiento de Salvación Nacional, Verde Oxigeno, Nueva Fuerza Democrática, Nuevo Liberalismo y Esperanza, Paz y Libertad). 

Sin duda, el aumento del umbral supondría un terremoto en el sistema de partidos y su coletazo repercutirá mucho más allá del «boom» de microempresas electorales. Porque afectaría especialmente a los partidos cristianos —Movimiento Político Mira y Colombia Justa-Libres— y virtualmente sacaría del juego la posibilidad de que los ciudadanos se organicen para presentar listas por firmas al Senado. 

También podría propiciar una renovada estrategia de reagrupamiento parecida a la que se vivió con las fuerzas que confluyeron en la creación del Polo Democrático Alternativo en 2006. Lo que implicaría que las personerías jurídicas de los movimientos con menor arrastre electoral se terminarían difuminando en amplias coaliciones o simplemente se pasarían a convertirse en tendencias. 

¿Cuál es la salida? 

Personalmente, estoy convencido de que el «boom» de microempresas electorales solo responde a una coyuntura sui generis relacionada con decisiones judiciales en el marco de la implementación del Acuerdo de Paz, y más recientemente, con la instrumentalización de la figura de la escisión.
Incrementar el umbral sería una medida de largo aliento que no responde adecuadamente a la coyuntura asociada al incremento de partidos; considero que la salida más estratégica se encuentra en avanzar hacia un sistema de adquisición progresiva de derechos, permitiendo que emerjan partidos regionales o de afiliados, a la vez que se conserva el umbral nacional en el 3 %. 

Si de un golpe se aumenta el umbral al 5 % solo con la intención de frenar el coyuntural «boom» de microempresas electorales, el coletazo sería tan profundo, que no dudaría en afirmar que, a mediano y largo plazo, el remedio resultaría peor que la enfermedad. 


Notas:

1. Este es el espacio de opinión del Portal Universitario, destinado a columnistas que voluntariamente expresan sus posturas sobre temáticas elegidas por ellos mismos. Las opiniones aquí expresadas pertenecen exclusivamente a los autores y no reflejan una opinión o posición institucional de la Universidad de Antioquia.

2. Si desea participar en este espacio, envíe sus opiniones y/o reflexiones sobre cualquier tema de actualidad al correo columnasdeopinion@udea.edu.co. Revise previamente los Lineamientos para la postulación de columnas de opinión. 


 

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