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UdeA lanza piloto de Señalética Accesible y fortalece sus apuestas de inclusión

05/12/2025
Por: Juan Diego Restrepo. Profesional de la estrategia de Educación Inclusiva y Permanencia de la Vicerrectoría de Docencia

La Universidad de Antioquia presentó el piloto de Señalética Accesible, instalado en el primer piso de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, un proyecto innovador en el país, que combina textos en español, inglés, ẽbẽra chamí, braille y Lengua de Señas Colombiana —LSC—, y que cumple con criterios internacionales de accesibilidad.

En el primer piso de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz en la Ciudad Universitaria, Campus Medellín, se instalaron 35 señales accesibles. Foto: cortesía Educación Inclusiva y Permanencia.

Con la instalación de 35 señales accesibles en el primer piso de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz en la Ciudad Universitaria, Campus Medellín, la UdeA inicia un piloto de Señalética Accesible que mejorará la calidad de la información y contribuirá con la garantía de un multicampus accesible. Una propuesta innovadora que incorpora una lengua ancestral como la ẽbẽra chamí y que fue cocreada y validada con profesionales de distintas comunidades, entre ellas personas ciegas, con baja visión, sordoseñantes y con movilidad reducida.

Esta iniciativa busca implementar y evaluar una propuesta que le sirva a quienes transitan por la Biblioteca y usan sus servicios. Se trata de un sistema de orientación y señalización, que incluye elementos visuales y táctiles diseñados para que todas las personas, incluidas aquellas con discapacidad, puedan entender la información de forma independiente.

El piloto actualiza señales de entrada, salida, rutas de evacuación, salidas de emergencia, búsqueda en catalejo —catálogo de material bibliográfico—, entre otras. Las nuevas piezas fueron diseñadas bajo criterios internacionales de accesibilidad e incluyen: altos contrastes de colores, tamaño de fuente amplio, tipografía sin serifa y de fácil lectura, información en Lengua de Señas Colombiana —LSC—, presencia de varias lenguas, como inglés y Êbẽra Chamí, lectura en braille con relieve para la experiencia táctil y cintas antideslizantes en escaleras para mayor seguridad.

La directora del Sistema de Bibliotecas de la Alma Máter, Dorys Henao, destacó que el trabajo por pilotos permite aprender antes de escalar las iniciativas a otros edificios y campus. Explicó que hacer modificaciones en la Universidad implica grandes retos y por eso se debe comenzar con intervenciones pequeñas que permitan recoger aprendizajes y luego replicarlas.

«La accesibilidad es un derecho para todas las personas y no solo para quienes tienen discapacidad. Estas pequeñas victorias nos permiten avanzar hacia objetivos más amplios», comentó Dorys Henao, quien resaltó que el Sistema de Bibliotecas continúa fortaleciendo su compromiso histórico con la inclusión, desde la experiencia de la Sala Jorge Luis Borges —que lleva más de tres décadas trabajando con personas ciegas, con discapacidad visual o baja visión—, hasta la formación del personal y la adecuación de espacios para atender poblaciones con diversas necesidades sensoriales y cognitivas.

Para el profesor Berto Martínez, coordinador de Educación Inclusiva y Permanencia, de la Vicerrectoría de Docencia, las bibliotecas tienen un papel central en la vida universitaria. «Somos un espacio abierto para toda la comunidad. Este es un primer paso para que más personas, en su diversidad, accedan a los recursos del Sistema de Bibliotecas. El acceso no es solo físico, es la posibilidad de encontrarnos, recorrer estos pasillos y ejercer nuestros roles como estudiantes, profesores, egresados y otros», señaló.

La arquitecta de la División de Infraestructura y Logística, Carolina Ochoa, indicó que intervenir espacios en la Universidad implica superar barreras técnicas, administrativas y también culturales. Señaló que, aunque existen desafíos de gestión y de procesos, el reto más importante es generar conciencia. «Cuando entendemos lo indispensable que es llevar las necesidades a cabo, todo empieza a fluir. Podemos tramitar, resolver técnicamente, articular administrativamente, crear lazos, unir procesos y conectarnos con otros saberes. Para mí, el reto central es lograr esa conciencia en los equipos profesionales y formar una cultura basada en la empatía». 

El piloto es resultado de una articulación amplia entre dependencias universitarias: la Vicerrectoría de Docencia —a través del Sistema de Bibliotecas y la coordinación de Educación Inclusiva y Permanencia—, la División de Infraestructura y Logística, la Dirección de Bienestar Universitario, la Vicerrectoría de Extensión y la Dirección de Comunicaciones. Este trabajo conjunto permitirá recoger aprendizajes, identificar mejoras y proyectar la implementación de señalética accesible en otros edificios y campus.

El profesor Martínez señaló que este trabajo exigió la articulación de múltiples actores dentro de la Universidad, que se encuentran en espacios como el Comité de Educación Inclusiva y Permanencia para coordinar acciones y responder a las necesidades detectadas desde cada una de sus funciones. Esta corresponsabilidad también se extiende a las unidades académicas, que incorporan la educación inclusiva en sus procesos de planificación, planes de acción y en los ejercicios de autoevaluación y acreditación. De este modo, la inclusión deja de ser un proyecto aislado y se convierte en un proceso institucional que atraviesa todas las escalas de la institución.
 

 

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